miércoles, 7 de abril de 2010

DIEZ POEMAS SOBRE EL REINO
I
Pedro,
el gran carcelero del reino,
hizo tintinear sus llaves
y nos miró malévolamente.
Como siguiéramos allí,
impertérritos,
aguantando su mirada,
gritó destempladamente:
-¡Largaos!
¡Malditos republicanos!
¡Largaos a otra parte
porque en el Reino no entraréis!
Nosotros sonreímos en silencio
despidiéndole
con un corte de mangas.
Después
pregunté a un camarada:
- ¿Por qué Pedro,
el gran carcelero del Reino,
nos echa,
acaso tiene miedo?
- Sí, camarada,
tiene miedo,
él sabe que si entramos
en el Reino
haremos la revolución
para destronar a Dios.
-¿A Dios?-
pregunté
-Sí, a Dios-
me contestó
-, por que Dios en el Reino,
yo lo sé, es el Dictador,
y Pedro,
ministro del interior.
- ¿Y los de dentro -pregunté-
por qué no se revelan?
- Es difícil, camarada,
no tienen noción del tiempo,
se conforman
con que Pedro,
según un decreto ley,
les llame a todos santos.
-Entonces qué esperamos
¡Vamos a entrar en el Reino!
- Espera, camarada,
hay que pasar
cuando llegue la noche.
-Sí, pero...
estando el carcelero Pedro
nunca podremos pasar
por la puerta principal.
- Calla, hombre
¡claro que entraremos!
pero por la puerta de atrás;
y entonces...
que se vayan preparando
el dictador Dios
y el carcelero Pedro,
porque fundaremos en el Reino
la República
¡La República del Reino!
Roberto D.

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