jueves, 5 de octubre de 2023

SILUETA

 Te miro atrincherado

tras los vidrios opacos

de una vieja ventana,

y adivino tu silueta:

unas veces luna llena,

otras, sonrisa torva, 

y según sea el día, 

sonrisa serena;

pero, también a veces

no veo tu silueta,

luna desaparecida.


         Roberto Diez Hompanera 



sábado, 30 de septiembre de 2023

-Luna almibarada-

 Éste es otro de los poemas del futuro libro de versos "Noches y lunas"...


Con la luz tintileante

del fulgor de las estrellas, 

falta la luz oscilante 

de esa luna que contempla

tantas almas, tantas huellas 

de quien deja su mirada

contemplando la belleza

de la luna almibarada.

Luna que cruzas el cielo

en cualquier noche serena,

siempre nos queda el consuelo

de admirarte, luna llena.

Y si la noche lo quiere,

podemos visualizarte 

entre esas nubes de nieve

que te ocultan sin dañarte.

                    Roberto Diez (2023).


miércoles, 20 de septiembre de 2023

-No me duele nada-

Voy a desmenuzar ante ti mi alma

para que la veas,

para que la ames,

para que la odies,

para que la beses,

para que la escupas,

para que me la arranques

en un arrebato de furia

mal controlado.

No me duele tu mirada

ni esa sonrisa decadente en tus labios

ni tan siquiera esa mano temblorosa

que se apoya en mis espaldas;

nada, no me duele nada...

tengo el alma tan llena de cicatrices, 

tan acostumbrada

que puedes creerme:

nada, no me duele nada...

Hoy soy todavía algo de vida,

algo de esperanza, de amor,

de tragedia, de deseos,

de sonrisa, de pecado; mañana...

¡Cuánto me preocupa a mí el mañana!

Mañana seré sombra,

seré sombra de mi alma,

seré absolutamente nada,

nada...¡ Nada!

No ¡ No! ¡Escúchame!

¡Me confundí!

Confundí el mañana

¡Espera!... Hoy...

¡Eso es! Ahora es hoy,

es el presente,  soy yo,

mira de frente mi alma

¡cómo me duele!

¡Amor! ¡Dolor!

¡Ira! ¡Mirada!

¡Cómo me duele!

¡Cómo me quema el alma!

Pero... Espera...

Nada, no me duele nada.

¡Qué raro!

¿Es que no tengo alma?

¡Oh, sí! ¡Yo la siento!

¡La siento aquí dentro!

Pero... Despacio...

Nada, no me duele nada.

Quizás... ¡Claro!

Está moribunda,

quieta, callada,

sin apetencias de nada...

¡Se me muere el alma!

Ven ¡Ven! ¡Date prisa!

¡Arráncamela que no siento nada!

Guarda mi alma, amor,

guárdala en el armario del mañana

¿Ves? Ya estoy más tranquilo,

casi ya no temo a ese "mañana".

Acércate un poco más,

abrázame, tengo miedo, amor,

abrázame despacio

que no se entere el alma.

Hoy, aprovechemos el hoy,

presente de nuestro amor

y después...llora por mí

que no me quedan lágrimas. 

               Roberto Diez Hompanera. 


  


lunes, 18 de septiembre de 2023

-Oda por un amigo desconocido-

 Ya no te dejan ser faro

ni por la noche ni cuando 

la luz ahoga al día. 

Te han arrancado de cuajo tu luz

igual que del mar roban a las gaviotas,

igual que de los cauces del río 

quiebran los juncos,

sus arcos de verde e imaginación. 

¡Qué pena! Ya no puedes ser tú,

no, ya no puedes.

Ahora te hacen ser viento que vaga,

hueco que no encuentra su propia salida

y que arrastra a las estrellas 

a esa propia equivocación. 

La palabra si no sale, ya no es palabra,

es sólo intento ahogado en la garganta,

es sólo brisa por las cumbres de ceniza.

Pero a pesar de esto, sólo eres viento,

sí, sólo viento, 

sólo hueco acongojado.

Te han cambiado de casa,

tú tienes ahora otra casa de vacío,

de huecos encadenados al silencio,

de sangre seca y esparramada por la tierra;

porque ¿sabes?

también te quitaron la sangre

y sólo por tus venas

corre polvo grisáceo,

millares de moléculas de polvo

que ciegan los ojos invisibles de la noche.

¡Qué rabia! ¡Qué rabia!

Ahora eres uno de los miles silencios

que corren desbocados

por el espacio de la noche.

No, ya no te dejan ser

ni tu propia sombra,

ahora las infinitas alfileres del destino

te obligan a ser silencioso ciprés

con sus tortuosas raíces 

que nacen de tu cabeza,

que nacen y nacen

de cada miembro de tu cuerpo;

ciprés gigante con hojas de viento

que trepan por cada molécula de tu cuerpo, 

por cada insinuación de tu anatomía.

Yo conozco la larga agonía de la noche,

por eso me imagino tu agonía, 

pero sólo en el espejo oscuro de la noche.

Porque, dime ¿Cómo fue tu agonía?

¡Qué tonto soy!

¿Cómo vas a poder hablar

si las líneas de tu lengua 

se han perdido en mil bifurcaciones?

Rezo por ti, amigo desconocido,

rezo por ti, junco que has muerto

en la silenciosa ribera del río, 

rezo por ti, hueco que no encuentra salida,

rezo por ti, agonía que pereces en tu propia agonía,

rezó por ti, noche que te pierdes

en el túnel del tiempo. 

Rezo y lloro por ti, sombra, amigo,

a pesar de que el destino, 

tirano impuesto y aceptado,

no me ha dejado conocerte.

            Roberto Diez Hompanera. 

martes, 12 de septiembre de 2023

Peña Anboto (leyendas)

 Ésta es la parte final de la leyenda del País Vasco  que he adaptado a nuestros tiempos.

... El mozo volvió a hacer otra reverencia y salió de espaldas de la cueva. Empezaba a dejar de llover. La cueva había vuelto a quedar a oscuras.

¿Había sido todo un sueño? Las piedras (guijarros) desparramadas por el suelo le venían a confirmar que nada había sido un sueño, todo había sido absolutamente real.

Gorka emprendió el camino de vuelta tomando la angosta senda. No había dado ni diez pasos cuando oyó a su derecha:

-!Eh, eh¡

Supo al instante reconocer aquella voz, era Julen.

-Yo creía que ya estarías abajo después de la salida tan "espectacular" que hiciste.

-¡Y un huevo! -gruñó- No bajé ni quinientos metros, con la que estaba cayendo cualquiera seguía cuesta abajo; estaba el camino, no peligroso, mortal.

-¡Serás cabrón! -protestó Gorka- Tu no volviste por mí, si no porque te acojonó seguir solo hacia el pueblo.

-¡No hombre! Después de caminar un rato con aquella lluvia tan intensa, caí en la cuenta de que te habías quedado solo con "aquella", lo siento, chaval. Di la vuelta, aunque acojonado, para esperarte.

-De una cosa me advirtió la Mari -le dijo muy serio Gorka-, que no te deje salir solo por la noche durante un año.

-¡Otra historia más! ¿Y eso por qué?

-Me dijo que por el Gaueko.

-¿Por quién, quién es ese o eso?

-Tan sólo me comentó que era el señor de la noche. Me tengo que informar bien.

-Joder...- fue el último comentario de Julen.

Cuando llegaron al pueblo, ya pasaba de la una de la tarde, lo único que hicieron fue coger el coche y largarse hacia Durango. Allí cada uno se fue a su casa no sin que antes Gorka le dijera a Julen:

-Si por la noche tienes que salir, llámame para que te acompañe. Yo, en cuanto llegue a casa, buscaré información de ese tal Gaueko.

En casa, Gorka cogió uno de los libros que tenía sobre mitología de Euskadi y buscó con avidez información de aquel ser del que le había advertido la Mari. Había al menos dos páginas de aquel libro dedicadas al Gaueko, también llamado el Señor de la Noche.

Supo que era como una presencia invisible e incluso como un lobo negro (otsobeltza) que era, como la mari, un ser zoomórfico, podía cambiar de apariencia, que estaba bajo el mandato de la Mari que para proteger a los humanos había creado el día (el sol). También la Mari bendijo con su protección a las casas y moradas que tuviesen una Eguzkilore (flor parecida al cardo muy abundante en Euskalerrría, si algún espíritu maligno pretendía entrar en una morada, tenía que pararse a contar los numerosísimos pelos de la Eguzkilore, el día les sorprendía siempre sin haber terminado de contar).

El reinado del Gaueko va desde la media noche hasta el amanecer, por eso ningún ser humano debía de abandonar la protección ancestral del hogar. Los que le hacían el trabajo sucio eran los jentiles (los jentilak) con fuerza sobrehumana, parecía ser que vivían bajo tierra. El himno de Gaueko es: "la noche para los de la noche y el día para los del día" (gaua gauekoenzat eta eguna egunekoentzat).

También encontró leyendas de este personaje en Berástegui, en Eskoriatza, donde gente de aquellas localidades habían desaparecido y la gente culpaba de ello al Gaueko y a los jentilak.

Gorka se tomó muy en serio todo aquel asunto y, como la tarde comenzaba a declinar, llamó por móbil a Julen:

-¡Eh, tú! No se te ocurra salir solo de noche.

-Ya estamos...

-¡Hazme ese puto favor! Paso por tu casa y te cuento unas cuantas cosas.

-Vale, vale, pesado. Después iremos al bar a tomar unos txacolis.

Cuando Julen le abrió la puerta a Gorka, le hizo pasar al comedor. Allí su amigo le explicó todo lo que había averiguado sobre el Gaueko y sus ayudantes, y que la Mari tenía cierto poder sobre "el de la noche"

-Y la Mari está muy cabreada contigo, aunque en cierta manera te ha perdonado.

-¿Por qué lo dices?- le preguntó Julen.

-Pues por el consejo que me dio para ti, que en un año nunca salieras solo ¿Te parece poco?

-Y eso del de la noche ¿No será una leyenda?

-¡Déjate de hostias! También lo era la Mari, y la viste con tus propios ojos.

Y el Julen, aunque a regañadientes, tuvo que aceptar durante un año la escolta de su amigo Gorka siempre que el susodicho quería salir a por alguna cosa durante la noche. No estaban seguros ninguno de los dos sobre la existencia del "de la noche"; pero siguieron los consejos que la Mari les había dado (a Gorka) en aquella mañana, por si acaso....


                                                                     Fin


                                                                                  Roberto Diez Hompanera.


domingo, 10 de septiembre de 2023

-Luna cárdena-

 Éste es uno de los poemas que serán parte del poemario que intentaré autopublicar cuando tenga unos dinerillos... Se titulará: Noches y lunas.

Luna cárdena 

que en esta noche

te ves herida,

te ves rajada

pero no sangras.

Luna querida 

quiero en mi cuerpo

esa navaja

que te ha herido,

te veo roja

pero sin sangre,

y eso me duele,

y eso me abate.

Luna estimada

deja que vele

ese tu sueño 

que tanto duele.

                          Roberto Diez (2023).