-Elegía para ti-
Rompiste el encanto de la noche
y me obligaste a mirarte,
quebraste el silencio lejano
y me obligaste a escucharte,
robaste el equilibrio logrado
a base de esfuerzos
y no me pude negar.
Te quería.
En el círculo de mis circunstancias
giraste vertiginosamente,
casi con locura,
pero tú no lo sabías,
solamente yo,
lo sabía yo
porque te empezaba a adorar.
No escuché mi pisada
ni el latido de mi corazón,
no medí la distancia del destino
ni la profundidad del vacío,
no, nada de nada.
Estaba pendiente de ti.
Te echaba de menos,
ese era el problema.
Sin distancia, sin latido,
sin profundidad,
sin ti, sin...
¡Oh Dios!
¿Cómo sería la vida?
Sin ti, ¿cómo sería?
Roberto D.